El Ayuntamiento de Madrid rendirá homenaje a los desaparecidos Murales de Portugalete, una iniciativa vecinal que logró reunir, hace 50 años, a muchos de los mejores pintores españoles del momento, como Juan Genovés o Lucio Muñoz, para colorear con obras efímeras las paredes de las humildes casas del barrio de Portugalete amenazadas con desaparecer por un devastador plan urbanístico que acabó frenando la movilización vecinal.

El Pleno de Hortaleza ha aprobado este jueves una iniciativa del grupo socialista que propone instalar una placa conmemorativa en el entorno de la calle Tántalis (donde se pintaron la mayoría de los murales en junio de 1975) que «recuerde y rinda homenaje tanto a los artistas participantes como al vecindario que protagonizó esta iniciativa» que llamó la atención de la prensa extranjera y trascendió fronteras en los estertores de la dictadura franquista. Además, la proposición apoyada por Partido Popular, Más Madrid y PSOE, insta a la Junta Municipal que preside el concejal David Pérez (PP) a «organizar una exposición conmemorativa en el Silo de Hortaleza» en «colaboración con entidades vecinales y culturales» reuniendo «material gráfico, documental y audiovisual» con el objetivo de «recuperar la memoria de los murales». También propone recrear alguno de esos murales, preferiblemente el de Arcadio Blasco, que era vecino de Portugalete, en algún lugar visible del distrito.

El concejal socialista Jorge Donaire ha defendido la iniciativa reivindicando esta «acción artística inédita en plena dictadura fue también una acción política y social» en el que participaron vecinos y vecinas colaborando con los pintores en la confección de unos murales «en los que pintaron lo que tantas veces se les había negado, su derecho a existir, a permanecer y tener voz». «Pedimos un reconocimiento justo a un hecho cultural y ciudadano que dignifica la historia de Hortaleza, porque recordar a los que defendieron su barrio con arte es también una forma de construir futuro desde la cultura, la identidad y el orgullo de pertenencia», ha añadido Donaire, dedicando sus últimas palabras al concejal David Pérez, que mantiene un conflicto permanente con buena parte del tejido asociativo, al afirmar que «si queremos dejar un distrito vivo, participativo y con alma no hay mejor ejemplo que recuperar la historia de los que demostraron que la cultura también puede ser una forma de resistencia y amor al barrio».

La propuesta de los socialistas ha sido acogida por el Partido Popular, que tiene mayoría absoluta en el Pleno. «Qué bonito el arte y la cultura venga de donde venga», ha proclamado el portavoz del PP, Gustavo Galiani, para expresar el apoyo de su grupo al reconocimiento a los Murales de Portugalete, «uno de los capítulos más singulares de la historia cultural y vecinal del distrito», en su opinión. «Recuperar esa memoria no solo es justo sino necesario», añadía el portavoz de los populares, que ha recibido el agradecimiento de los socialistas. «Ojalá este gesto también cambie un cambio de rumbo en la manera de relacionarse con las entidades y colectivos del distrito», ha replicado Jorge Donaire. Más Madrid también ha apoyado la propuesta, a la que Vox ha votado en contra para «no contribuir a magnificar una acción de propaganda intentando mitificarla como si fuera la panacea del asociacionismo vecinal», según las palabras de su portavoz en el distrito, José Miguel Pla. La propuesta para conmemorar los Murales de Portugalete llega dos semanas después de que Televisión Española emitiera unas imágenes grabadas para el noticiero franquista NO-DO que nunca se emitieron y habían pasado 50 años ocultas.

El arte salvó de la destrucción al madrileño barrio de Portugalete en el verano de 1975 cuando un numeroso grupo de pintores acudieron al rescate de los moradores de esta barriada de casitas unifamiliares que se extendía desde una de las orillas de la Ciudad Lineal hasta el poblado de Canillas y la urbanización Conde de Orgaz. Las viviendas estaban amenazadas por el denominado Plan Parcial de Ciudad Lineal, promovido por el Ayuntamiento de Madrid de la dictadura, que pretendía arrasarlas expulsando al vecindario para construir una autopista hasta el aeropuerto y levantar torres de lujo. Aquel grupo de artistas plásticos decidieron pintar sobre las paredes encaladas de aquellas casitas en las que no había ni siquiera agua corriente. “Si quieren tirar las casas, las van a tirar con obras de arte”, recordaba este verano el pintor y escultor Ángel Aragonés (Madrid, 1944), uno de los artífices de aquella originalísima acción de protesta que desafió a las autoridades franquistas poniendo color sobre la grisácea realidad de una España que empezaba a agitarse ante la agonía de la dictadura.

La idea de los Murales de Portugalete surgió del artista Arcadio Blasco, residente en la zona junto a su mujer, la ceramista Carmen Perujo, que participaba en la pionera asociación vecinal de Portugalete, creada en 1973 para detener el plan parcial que condenaba al barrio. La pareja también formaba parte de un colectivo de artistas plásticos en el que se organizaban muchos pintores que atendieron la llamada de socorro del vecindario reclutando además a poetas y músicos. Todos coincidieron en las fiestas de San Pedro y San Pablo que la asociación de Portugalete organizaba a finales de junio.

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Lucio Muñoz trabajando en su mural dedicado al urbanista Arturo Soria. AV PORTUGALETE

“Llegamos por la mañana y la idea era que la gente del barrio participarse y nos ayudara a hacer los murales. Por eso en las firmas de los murales aparece junto al nombre de los artistas ‘el equipo del barrio’, que eran chavales y vecinos de Portugalete”, rememoraba a este periódico Ángel Aragonés, que se enfundó un mono blanco para pintar un mural alegórico sobre la amenaza de la especulación, en la que aparecía un gallo “vestido de traje con una excavadora que se llevaba por delante casas, árboles y pájaros”. Una de las fotografías de Miguel Vidal de aquella jornada para la Agencia Pyresa le retrata pintando mientras pasaba un rebaño de ovejas: “Esa imagen es genial, porque aquello tenía una pinta rural increíble”.

La nómina de pintores que visitaron Portugalete es historia del arte español del siglo XX. Además de Lucío Muñoz o Juan Genovés, acudieron Alfredo Alcaín, Salvador Soria, José Duarte, Ricardo Zamorano o José Vento, además de poetas como Ángel González, Caballero Bonald o José Hierro que añadieron versos a los murales para pasmo de los agentes de la policía, que no entendían lo que ocurría y dudaban si actuar contra aquellas extrañas y coloridas pintadas, aparentemente inofensivas, aunque muchas contenían implícitas denuncias de todo tipo. En la obra que Ricardo Barahona dejó en las tapias de Portugalete aparecían cuatro guardias civiles llevando a un hombre detenido, aunque precisaba que se inspiraba en el poema Prendimiento de Antoñito el Camborio de Federico García Lorca.

“Se ponían en contacto con el comisario, que les preguntaba qué había allí, y los agentes le leían alguno de los poemas. No había motivo para una detención, porque no había frases subversivas ni contra el régimen”, según Aragonés, al que le sorprendió la repercusión mediática que tuvo esta acción artística en la prensa, incluso en medios extranjeros, que destacaban la inédita alianza de arte y ciudadanía. “No nos lo esperábamos, pero como el resultado fue tan fotográfico, no pasó desapercibido”, admite uno de los protagonistas de esta excepcional acción que consiguió su objetivo: movilizar al barrio y con el tiempo tumbar aquel aberrante plan urbanístico. Además, al año siguiente, ya muerto el dictador, hubo nueva edición de los murales y uno de ellos fue la recreación a tamaño real del ‘Guernica’ de Pablo Picasso, cuando el cuadro todavía estaba exiliado en Nueva York.

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Mural de Ángel Aragonés. AV PORTUGALETE

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