No hizo el bochorno que se temía, pero sí un calor humano que empapó cada momento, y una inesperada brisa, también interior, que refrescó la velada. “La belleza de la poesía y la música; sentirnos más cercanos los unos a los otros”, expresó como motivos para la reunión José Miguel Aragón, presentador del acto contra la xenofobia y el racismo en nombre de la asociación convocante El Olivar. Josemi también destacó el lugar por su carácter histórico, por hallarse junto a la biblioteca Huerta de la Salud y el Silo de Hortaleza. El escenario se montó junto a la entrada que conecta el parque Huerta de la Salud con los barrios de Parque de Santa María, UVA de Hortaleza y El Carmen.
El primer gran aplauso fue para Gora, a quien se dedicó el encuentro, un joven senegalés que vivió en El Olivar fallecido hace un año y medio.
La poesía se fue alternando con la música. Miguel Ángel Vázquez, poeta, editor y gestor cultural en el proyecto asociativo La Imprenta, abrió las intervenciones, entre versos y breves cantos a capela, denunciando con su sensibilidad literaria y dotes interpretativas hechos y lugares donde el racismo ha producido bochornosas debacles humanas. Cerró su colaboración con una invocación a la esperanza gracias al poema “Alabanza a las piedras”.
Al hilo del origen marroquí de Salma, la segunda voz poética en actuar, Josemi, al presentarla, evocó los inicios de El Olivar en 1989 en la cercana calle Santa Susana, número 7, cuando los tres fundadores de la asociación, el actor José Luis Alcobendas, su compañera Gloria y él, los tres presentes en el acto, acogían en aquel piso principalmente a jóvenes migrantes de este país norteafricano. La joven poeta y agitadora cultural Salma Bechar, nacida en Madrid, pero de padres marroquís, cautivó al público con su sencillez. Defendió el antirracismo como modo de vida. Combina en sus textos, de gran originalidad, el árabe con el español, como aclaró ella misma.
El escritor colombiano Yeison F. García López, director de Espacio Afro, leyendo su poemario ‘Derecho de admisión’. ÁNGEL SÁNCHEZ
Cerró la voz de los poetas un autor que ha irrumpido con fuerza en el panorama literario español: el escritor colombiano Yeison F. García López, director de Espacio Afro. Yeison ha deslumbrado a la crítica con su poemario Derecho de admisión, del que leyó, cálidamente, del único modo que se intuye que puede, cuatro poesías de extraordinaria belleza y desnudez. El joven poeta insistió en que “hay que crear cultura”, en que es necesario buscar “un marco estético para cambiar el imaginario”, porque es “lo que nos puede llevar a otro lugar”.
Dos personas no poetas complementaron la contribución de la lírica: Juan Jiménez Mancha, director de la vecina biblioteca Huerta de la Salud, con el poema “Romero solo” de León Felipe, y el actor José Luis Alcobendas, que sorprendió con una composición escrita por él expresamente para el evento, “Mediterráneo”, donde cohabitan la paz y los placeres para el turista con la muerte y la desdichas para el refugiado.
El primer gran aplauso fue para Gora, un joven senegalés que vivió en El Olivar y falleció hace un año y medio
La música, que fue relevando a la poesía, se estrenó con la cantante y actriz de Hortaleza Sonia Herrero, acompañada en el teclado por Denis. Sonia inundó el recinto con su chorro de voz, interpretando temas universales relacionados con la paz y la buena convivencia en el mundo, como “Imagine”, de John Lennon y “Hallelujah”, de Leonard Cohen, en una primera actuación, y cerrando el acto, “Heal the world”, de Michael Jackson y “Freedom” de George Michael.
Las otras intervenciones musicales vinieron de la mano del cantante de Prosperidad Quique González. Primero interpretó el tema “Crucemos”, de José María Cano, que ha cantado Ana Belén, y luego una entusiasta y pegadiza composición propia titulada “Por el viejo puente”.
El público disfrutó de una cita que resultó un verdadero éxito. Entre los asistentes se encontraba el padre Javier Baeza, párroco del centro pastoral San Carlos Borromeo de Entrevías, una auténtica referencia en el mundo de los “sin nada”, de los desheredados, de los pobres, de los excluidos. Como lo es también la asociación El Olivar, tras casi 35 años de trayectoria, en la ayuda a las personas jóvenes sin hogar, para orgullo del vecindario de Hortaleza.
Asistentes aplaudiendo durante el acto contra la xenofobia y el racismo celebrado en el parque Huerta de la Salud. ÁNGEL SÁNCHEZ
