Un grupo de más de 200 escolares del colegio público Esperanza de Canillas han recibido este jueves una clase especial por el Día Internacional del Síndrome de Down. Especial porque se ha celebrado en el gimnasio del colegio, con el alumnado sentado sobre colchonetas y esterillas, y especial porque la impartían personas con perfiles excepcionales: una cantaor flamenco, una actriz de televisión, un modelo publicitario y una estudiante ‘erasmus’. Los cuatro tienen síndrome de Down y han dado una ‘lección’ a los pequeños: “Todos somos iguales, somos como vosotros”.

La federación Down España ha organizado este encuentro para “derribar falsos prejuicios y estereotipos”, generando mucha expectación entre los estudiantes, de edades entre los 7 y 12 años, y asombrados por la multitud de cámaras que se han encontrado hoy en el patio. “¡Yo quiero salir en la televisión!”, exclamaba emocionada una alumna cuando aguardaba en fila india para entrar en el gimnasio de su colegio.

El pelotón de periodistas seguía a los cuatro protagonistas de la jornada: CristinaRaúlManolo y Carmen, todos con síndrome de Down y vidas para contarlas. Cristina es actriz y ha aparecido en series célebres como ‘Farmacia de Guardia’, Raúl ha prestado su imagen para campañas publicitarias, Manolo es cantaor flamenco y Carmen fue la primera estudiante española con síndrome de Down en hacer un Erasmus.

“Son cuatro personas increíbles y ejemplos de superación que van a demostrarnos que tener síndrome de Down no te impide conseguir cosas en la vida”, apostillaba la presentadora del evento a los jóvenes estudiantes, que no han escatimado aplausos para sus invitados.

“LOS SUEÑOS SE PUEDEN CUMPLIR”

Cristina, de 39 años ha sido la primera en hablar, detallando todas las inquietudes que la convierten en algo parecido a una artista renacentista. Además de actriz, ha escrito poesía, relatos y narrativa, y también ha hecho teatro. “Vamos, que hago muchas cosas”, ha resumido en su intervención.

El testigo en forma de micrófono lo ha recogido Raúl, cordobés de 36 años, trabajador en una empresa de café, nadador empedernido y, eventualmente, modelo publicitario. “Gracias a estas experiencias me hicieron entrevistas en televisión y radio”, ha explicado al atento público, silencioso y respetuoso con los oradores.

Después de Raúl ha llegado el turno de su paisano Manolo, de 35 años, al que de chiquito le entró el duende del flamenco por influjo parental. “Mi padre era aficionado y le dije que quería cantar y aquí estoy”, ha relatado detallando que canta donde le dejan, en ferias, fiestas y eventos, siempre que su trabajo de auxiliar administrativo y el fútbol, su otra pasión, se lo permiten. “Algún día me gustaría entrenar a niños y niñas pequeños como ustedes”, ha asegurado.

La joven Carmen, madrileña de 23 años, ha sido la última en intervenir, aunque su mensaje ha calado entre la chavalería. “Estudiar es lo más importante que hay que hacer”, ha dicho a los ‘peques’, y lo dice con conocimiento de causa. Mientras estudiaba un grado formativo de Farmacia, se convirtió en una pionera al pasar seis semanas en Portugal con el programa de movilidad Erasmus. “Los sueños se pueden cumplir con mucha dedicación y con una buena formación”, ha añadido.

Hechas las presentaciones, los alumnos y alumnas del colegio Esperanza se han lanzado a preguntar a sus invitados. “¿Cómo os sentís cuando os miran de forma extraña?”, ha dicho una voz tímida.

“Sentimos que no nos están viendo realmente en profundidad, que no se están dando cuenta de que somos parte del mundo, y tenemos que luchar por superar las barreras y aceptarnos tal y como estamos, lo tenemos que remediar”, ha respondido Cristina demostrando que tiene tablas.

CANTA Y MUCHOS APLAUSOS

A Raúl le han preguntado si es feliz con lo que hace, y la réplica ha sido contagiosamente vitalista. “Yo siempre estoy feliz con mi vida, porque me gusta ser feliz”, ha proclamado cuando en los chavales ya habían desaparecido las vergüenzas y los rubores. “¡Qué cante! ¡qué cante!”, han coreado los escolares para animar a Manolo a arrancarse. Y lo ha hecho sin pensarlo.

“¡Cóoomo me quieeere mi padreee, nadieee me va a quereeer!…”, ha cantado como si tuviera a su progenitor acompañándole a la guitarra, algo que los jóvenes han premiado con un sonorosísimo aplauso.

Al final, los invitados también han acabado preguntando a sus entrevistadores. Por ejemplo, Raúl se ha atrevido a invocar al fútbol. “¿De qué equipo sois?”, ha dicho por el micrófono provocando un aullido colectivo donde se mezclaban las palabras “Atleti” y “Madrid” con mucha competencia.

Cristina no ha querido marcharse sin dar un último consejo a los pequeños. “El ‘bullying’, burlarse de los demás, no está bien, puede herir a las personas con serias consecuencias”, ha subrayado, y sus palabras se han correspondido con el enésimo aplauso de la mañana.

“Gracias por haber venido y por la suerte de teneros”, ha dicho el pequeño Diego, en nombre del colegio, tras entregar ramos de flores a los invitados, que se han quedado atendiendo a las televisiones mientras los estudiantes salían al recreo con la lección bien aprendida.

“Nos han hecho ver que las personas con síndrome de Down no son como mucha gente cree, y son igual que las personas “normales”, ha dicho Álvaro, de 8 años, moviendo los dedos para remarcar las comillas de su última palabra.

20190321 1030061Manolo, Carmen, Raúl y Cristina, en el patio del colegio posando para los medios / Foto Ray Sánchez

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