En su poemario The Spanish Rider, el hortalino Carlos Casas comparte reflexiones, soliloquios y diálogos con su alter ego esperando la llegada de lo insospechado. Nos habla de sueños del pasado futuro con el pasado ya impalpable, pero siempre con la capacidad de apresarte en él. Sin veladuras, hace preguntas al ser mismo con insaciables deseos de convertirse en el dueño del propio destino.
Con un estilo fresco y directo, su poemario, estructurado en cinco partes, da paso desde los deseos más íntimos hasta las sensaciones más terrenales. Lleno de positivismo y realismo que desgrana distintos aspectos que caracterizan la condición humana, la lucha por la vida, el mundo de los sentimientos, el amor, la soledad, la política, la vida…, es una investigación a corazón abierto en la que ficción y realidad a veces se entremezclan.
«Soy un vecino más de este gran barrio que es Hortaleza, en el que he tenido la suerte de conocer a muchos amigos y compañeros de aficiones musicales y deportivas». Carlos se describe como una una persona sencilla a la que le apasiona la música, la pintura, la literatura y el cine, además de deportes como el ciclismo. «Fruto de todas estas aficiones e inquietudes, en cierto modo, surge The Spanish Rider, que cuenta con influencias de todas estas manifestaciones artísticas en mayor o menor medida».
En su poemario, el hortalino Carlos Casas comparte reflexiones, soliloquios y diálogos con su 'alter ego'
Siempre le ha interesado el mundo del arte y la escritura y, en este caso, la poesía ha sido el medio para canalizar el universo que representa The Spanish Rider. «Es una experiencia muy gratificante dar a conocer tus creaciones tanto en las presentaciones públicas como en las redes sociales. El contacto con los lectores es una sensación muy positiva y reconfortante, es muy especial».
Sin embargo, por su trabajo como consultor internacional, confiesa que dispone de poco tiempo para escribir. «Aprovecho en trayectos de tren, metro, autobús o viajes en avión, también en casa cuando aflora la inspiración o tengo algún rato libre por la noche».
Foto Sandra Blanco
The Spanish Rider es una obra poética que en ocasiones da paso a breves, pero profundos relatos. «Es una mirada al interior y al exterior de la sociedad de nuestro tiempo. Lo más importante es que disfruten con su lectura y que el libro les invite a la reflexión. Estoy seguro de que muchos lectores se verán reflejados en algunos de los poemas por los temas tratados y por sus vivencias dentro de una sociedad como la actual».
Según explica su autor, el poemario se encuentra estructurado en cinco partes porque tiene su origen en distintos proyectos. Los tres primeros bloques: “American Poems”, “Murmullos del corazón” y “Melodía interior” formaban parte de tres posibles proyectos que finalmente se consolidaron en The Spanish Rider.
El cuarto bloque, “La realidad”, fue escrito hace más de dos décadas y Carlos aconseja que se lea de seguido, «ya que los poemas que lo componen tienen un hilo argumental común, a diferencia del resto de la obra en la que los poemas tienen vida propia». Finalmente, la quinta parte del poemario recopila los algunos escritos, entre los que se cuela alguna referencia a uno de sus últimos viajes por África Central.
'The Spanish Rider' es una obra poética que en ocasiones da paso a breves, pero profundos relatos
Dar a conocer una obra con tanta oferta cultural y en un género tan minoritario como el de la poesía es todo un reto, pero Carlos asegura que es una motivación para probar nuevas estrategias y tratar de acceder a un mayor número de lectores.
No obstante, es consciente de lo complicado que es para un escritor novel y por ello no quiere dejar pasar la oportunidad para dar un consejo a quien esté empezando a navegar en el maravilloso mundo de las letras: «Lo más importante es que disfruten con lo que hacen y que lo pasen bien. El hecho de vencer al folio en blanco ya es todo un éxito y, si además hay una buena idea o una historia interesante que contar, entonces tendrán la mayor parte del camino avanzado”.
