Dice la Real Academia Española, siempre tan circunspecta:

Monólogo: soliloquio.

Soliloquio: reflexión interior o en voz alta y a solas.

Pues… No digo yo que no. No seré quien les discuta a los sapientísimos académicos. Pero está claro que no han debido estar nunca en una sesión de monólogos como la que vivimos el sábado 22 de mayo en el Espacio Pegaso, organizado por Kulture Market. De haber asistido alguna vez, a estas alturas ya habrían introducido algún matiz en la entrada, pues monólogo, hoy, debería llevar implícita la idea de humor.

Este preámbulo es para decir que el sábado lo pasamos de miedo con un cóctel de monologuistas curtidos y no tan curtidos que hicieron que a la Sala Pegaso le dolieran las mandíbulas de reír.

El maestro de ceremonias fue el gran Agustín Jiménez, agente cultural de lo más agitador. Un maestro de la comedia. Como diestro del humor inteligente, ha dado la alternativa a nuevos talentos.

Agustín Jiménez durante el evento. NINO DOMÍNGUEZ

Agustín Jiménez durante el evento. NINO DOMÍNGUEZ

Entre presentación y presentación, Agustín dio una auténtica lección de lo que es subirse al escenario. Y así lo hicieron (léase con voz de fucker):

  • David Puerto y Raúl (aún estudiante del IES Arturo Soria): muy divertidos. Enseguida se sacudieron de los hombros el peso de su extrema juventud (tranquilos, esto se pasa con la edad) y se hicieron con el auditorio. Hay que ser muy valientes, la comedia es un género dificilísimo.
  • Mítica: sabe muy bien lo que se trae entre manos. Ya lo dijo al empezar: «Apuesto a que no se van a reír. Si no se ríen, gano la apuesta; si se ríen, estaré muy feliz». A Mítica le vienen como anillo al dedo las palabras de George Burns, cómico estadounidense: «Quien nos hace reír es un cómico. Quien nos hace pensar y luego reír es humorista».
  • Miki Gee: excelente gesticulador. La sintonía del Hombre y la Tierra, de Félix Rodríguez de la Fuente, parecía transformarle en felino.
  • Joseba: bravísimo. Se nota, como a Agustín Jiménez, que es canterano de Radio Enlace. La reflexión sobre que el resultado de la prueba de la PCR no es un análisis, sino una confesión por el daño que te hacen me hizo reír tanto que pensé en lo del humor inteligente: a mí nunca se me hubiera ocurrido hacer esa asociación de ideas.

Algunas teorías atribuyen a la risa efectos terapéuticos. Y debe de ser verdad. En los tiempos que corren, pasar una buena tarde riéndose es, muy, muy reconfortante. La risa es lo único bueno que se contagia… hasta con mascarilla. A esta importante reflexión, llegué después de hablar con Laura en los aseos de la Pegaso: «Me reía con lo que decían, y con las risas contagiosas».

Recuerda: Si te apetece participar del proyecto de Kulture Martket, ponte en contacto en:  kulturemarket@yahoo.com

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