El pasado 9 de marzo, se celebró en el Mercado de San Fernando, del barrio de Lavapiés, la presentación del proyecto de innovación social y ecológica Madrid Agrocomposta, que consiste en que hogares, mercados municipales y comedores escolares (considerados nodos de recogida) recuperen los restos de comida y materia orgánica que generen para su agrocompostaje en huertas periurbanas de Madrid —situadas en la periferia, pero nunca a más de 30 kilómetros—.

Este proyecto empezó a gestarse en enero del 2015 y se constituyó en una asamblea en mayo de ese mismo año con los objetivos de impulsar economías circulares y el aprovechamiento de los residuos, mejorar la relación entre productores y consumidores, sensibilizar a la ciudadanía, reforzar la voz del pequeño campesinado y, por último, construir alternativas al modelo agroalimentario.

En esta prueba piloto que se realiza en la Comunidad de Madrid y que cuenta también con el apoyo del Ayuntamiento de Madrid, participaron la plataforma impulsora Madrid Agroecológico en colaboración con la Red de Huertos Urbanos de Madrid y la asociación coordinadora Economías BioRegionales y el centro concertado de enseñanza Siglo XXI (Moratalaz), además de agricultores, grupos de consumo, comedores escolares y ciudadanos particulares. A la presentación, acudieron Inés Sabanés (concejal de Medio Ambiente), Rafa Ruíz (jefe del Departamento de Educación Ambiental) y Ramón Linaza (asesor de Área de Gobierno de Medio Ambiente y Movilidad).

Hortaleza también agrocomposta

Desde nuestro distrito, participó la asociación hortalina El Olivar y el grupo de Compostaje Comunitario de Hortaleza, formado por personas provenientes de distintas asociaciones —como Asamblea 15M, asociación vecinal La Unión de Hortaleza, AMPA Luis Cernuda con mención especial a su director Francisco Casas o EQUO— y vecinos del distrito, por un lado, con un proyecto de compostaje comunitario y, por otro, como nodo de recogida, en principio, en el colegio público Luis Cernuda y, muy pronto, también en el espacio solicitado en la calle Arequipa a la Junta Municipal de Hortaleza para realizar el compostaje comunitario, cuya aprobación se hizo por mayoría en el Pleno del pasado mes de marzo.

Tanto desde el colegio Luis Cernuda, que, además, posee un pequeño huerto urbano, como desde la prueba piloto solicitada en dicho Pleno, va a realizarse lo que se llama autocompostaje, lo que quiere decir que no es necesario transportar los residuos a ningún sitio, puesto que, al tener compostadoras, el proceso se llevará a cabo en el mismo lugar.

Inspirado en un modelo de gestión europeo

Se trata de un piloto pionero que se inspira en el modelo de gestión de residuos orgánicos europeo que, actualmente, realizan (con éxito) países como Austria y Holanda, cuyos beneficios, entre otros, son: la reducción de emisiones y gases de efecto invernadero, la gestión de residuos más democrática y la disminución de sus costes, así como el apoyo a sistemas locales más sociales y ecológicos de producción agraria y consumo alimentario.

El fin último de estos proyectos, según Inés Sabanés, “es el de crear espacios de transformación y demostrar que, con la suma de esfuerzos, se pueden cambiar las cosas”.

Y, para muestra, un botón, pues, nada más arrancar el proyecto, ya se ha creado un puesto de trabajo: el transportista que va recogiendo los bidones con residuos orgánicos de los distintos nodos y los lleva a los huertos de la plataforma (se lleva los llenos, deja los vacíos y, cada semana, los lleva a un huerto distinto), lo que, en definitiva, es otro de los objetivos, demostrar a las Administraciones que el consumo y la gestión responsables son rentables tanto a nivel económico como medioambiental.

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