Con los nervios de la espera antes de intervenir por primera vez en un Pleno, Ignacio Domínguez, portavoz de la asociación vecinal Manoteras, repasaba preocupado la abundante documentación con la que había acudido al acto. Desde las seis de la tarde de este martes 18 de julio aguardaba turno aun sabiendo que a su intervención le correspondía el ordinal del trece, un número que no preocupa a quien se las ha de ver con las alturas de las rocas salvo por el tiempo que eso suponía.
Por otra parte, le habían avisado de que disponía de un máximo de tres minutos para presentar su proposición. Pero Ignacio (o Iñaki) lleva muchos años dedicando tiempo y esfuerzo a que esa estructura surrealista de la calle Bacares siguiera en uso y a que los vínculos de quienes allí se encontraban tuvieran los arneses bien colocados.
Tras los grupos políticos y después de que Raquel Collado, vicepresidenta de los Foros Locales de Hortaleza, presentara las propuestas de las mesas, el micro y la palabra pasó a Ignacio, quien definió lo que era el espacio por el que estaba allí: “El rocódromo de Manoteras es un espacio de deporte y salud pero también de ciudadanía, colaboración y responsabilidad por el bien común”. Con esto explicaba que eran los propios usuarios quienes con pocos recursos han colaborado en su mantenimiento y se han hecho cargo de muchas de las reparaciones que precisaba.
Pero estos medios insuficientes les han llevado a acudir a este Pleno, sobre todo porque hay aspectos de seguridad que, si no se tienen en cuenta ahora, es probable que en cualquier momento se tenga que lamentar el que se hayan desatendido.
Con decisión, se pidió el mantenimiento y conservación de este espacio deportivo de modo que las exigencias mínimas de seguridad estén cubiertas, que se retranquee el cerco y este se aproveche para poner asientos, que se rellene de gravilla que sirva para amortiguar en posibles caídas, que se instale un foco en la otra vertiente también por un tema de seguridad…
Así se llegó las respuestas de Ahora Madrid, del PSOE, de Ciudadanos y del PP; todos estaban de acuerdo. ¡Pleno de síes a la proposición! Sin embargo, la agria lid política que se respiraba en otros asuntos se coló en esta parte del rocódromo. Ignacio dio siete pasos y se asomó al foco de sus señorías para poner los puntos sobre las íes. No estaba dispuesto a que nada enturbiara el objetivo de que el rocódromo de Manoteras pueda ofrecer todas las garantías.
Después hubo un receso. En los pasillos se coló la noticia de que próximamente “La Soci” acogerá un club de escalada y montaña. Sin duda, el impulso vecinal puede llegar a cotas muy altas. Ahora, el ocho mil pendiente se llama Agenda de la Vivienda Social (AVS).
Durante la intervención sobre el rocódromo de Manoteras. Foto de Ana Nafsi