En el barrio de Villa Rosa, existe una brecha generacional entre los jóvenes que, paseando por su bucólico parque, no recuerdan otra cosa que la ría con orillas tapizadas de césped, y aquellos que saben que hace tiempo la ciudad acababa allí, en un secarral donde ahora hay árboles y runners cuando, entonces, solo pastaban rebaños de ovejas.
Ese antes y después lo marcó el movimiento vecinal, que en Villa Rosa tenía a Paco Caño como referente. Un año después de su prematuro fallecimiento, el que fuera presidente de la asociación vecinal del barrio, también de la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM), volvió a movilizar a su vecindario como estuvo haciendo en vida durante más de 40 años.
Más de 200 personas acudieron el pasado 23 de abril al parque de Villa Rosa, que ahora incorpora también el nombre de Paco Caño, para participar en el homenaje al histórico dirigente vecinal, cuyo predicamento trascendió los límites del distrito de Hortaleza, como quedó patente con la visita de compañeros y compañeras procedentes de todos los puntos cardinales de la ciudad, que desfilaron por el micrófono instalado en el templete del parque para enumerar recuerdos y dedicar palabras de agradecimiento a la incansable entrega de Caño.
“Para mí, encarnaba una escuela de ciudadanía que tiene que ver con el respeto absoluto a lo colectivo, y poner siempre a los demás por delante de uno mismo”, dijo Nacho Murgui, hoy concejal delegado de Coordinación Territorial y Asociaciones del Ayuntamiento de Madrid y la persona que tomó el testigo de Caño al frente de la FRAVM.
También asistieron las ediles Inés Sabanés y Yolanda Rodríguez, concejala de Hortaleza, así como representantes de todas las formaciones políticas del distrito, que respaldaron de forma unánime añadir el nombre de Caño al parque que defendió con uñas y dientes por ser un proyecto pionero de participación vecinal al que calificaba como “el primer parque de la democracia”. El emotivo acto finalizó con la inauguración de un monolito con palabras de Bertolt Bretcht:
Hay personas que luchan un día y son buenas, hay otras que luchan un año y son mejores, hay quienes luchan muchos años y son muy buenas, pero la hay que luchan toda la vida, esas son imprescindibles.