Se llama Óscar Llano, alias WaZo R6, tiene 21 años, destila inteligencia y también una determinación poco común entre los integrantes de su generación. Tal vez sea esto lo que lo ha llevado a convertirse en uno de los nombres españoles de referencia en ese universo paralelo llamado deportes electrónicos o esports.
Las competiciones de videojuegos donde participan gamers profesionales son un negocio al alza con incesantes récords de facturación y una audiencia internacional de millones de espectadores. Torneos, ligas, galas, ferias, copas mundiales… un listado inmenso que llega a través de retransmisiones masivas donde millones de jóvenes de todo el mundo asisten sin parpadear a las frenéticas finales.
Óscar comenzó su andadura en el cibermundo de los videojuegos muy temprano: “Mi primera consola fue la Nintendo DS, como muchos otros chavales de mi generación”, explica. Por aquel entonces, era estudiante del colegio Ramón y Cajal, en Arturo Soria, y pasaba las tardes jugando al fútbol. Una lesión le impidió seguir, así que, con la PlayStation, sustituyó las carreras en el césped por el Rainbow Six Siege, un juego de táctica donde la precisión resulta esencial. En palabras de Óscar, este juego “tiene un factor estratégico más importante que el resto; decidí hacerme entrenador porque mi facilidad era el planteamiento en equipo”.
Gracias a un acuerdo entre la Federación Española de Jugadores de Videojuegos y su universidad, forma parte de la selección española de esports
Desde que en 2019 decidió profesionalizarse, su trayectoria ha sido galáctica: ha fichado con equipos como Cream Real Betis, Movistar Riders o Rebels Gaming. A nivel nacional, Óscar ha sido tres veces campeón de España con Movistar y con Rebels. En agosto de 2023, pasó a las filas de Geekay Esports, un club de Arabia Saudí con quien ganó las dos ligas árabes, lo que clasificó a su equipo para el mundial en Atlanta que se celebró el noviembre pasado. Allí consiguieron llegar hasta cuartos de final. “Quedamos los sextos entre 24 equipos. Fue una experiencia increíble”, explica Óscar.
Desde el año pasado, gracias a un acuerdo de colaboración entre FEJUVES (Federación Española de Jugadores de Videojuegos) y su universidad, la UDIT, donde completa estudios de diseño y desarrollo de videojuegos, forma parte de la selección española de esports.
Estos días, Óscar confiesa que necesita un descanso para despegar de nuevo: “Quiero competir para ser campeón del mundo y, de cara al futuro, seguir en el mundo de las competiciones de videojuegos como organizador o director deportivo”, apunta convencido. Tan convencido como cuando afirma que la inteligencia artificial (IA) debe regularse o que no existe realmente ningún motivo de peso que genere una desventaja entre hombres y mujeres a la hora de competir en los esports. Sin duda, asuntos tan apasionantes como complejos que dejamos aquí puestos sobre la mesa de debate.