Fue hace diez años, un seis de octubre de 2009, cuando Margarita Salas, una de las científicas más destacadas de la historia, visitaba en Manoteras el IES Arturo Soria.
Se había hablado primero con Ángeles, la secretaria de Margarita en la universidad Autónoma de Madrid. Después el AMPA del Arturo Soria recibió su número de teléfono y la dirección para recogerla en la calle Santiago Rusiñol.
La conversación previa fue muy breve: “Margarita, somos del AMPA del IES Arturo Soria. Nos gustaría que vinieras a conocer nuestro instituto”.
Puntual y entregada, pese a la pesada agenda con la que lidiaba día a día, Margarita aceptaba pasar una mañana de trabajo con el alumnado de un instituto de barrio. Durante el camino, una mala noticia: el Ministerio volvía a rebajar los presupuestos para la investigación.
Con un salón de actos lleno, la entonces directora, María Paz Blanco, pudo presentar a la bioquímica española que fue discípula de Severo Ochoa y que continuaba trabajando tanto en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa.
A esos niños y jóvenes entregados e irrepetibles, Margarita explicó sus trabajos e investigaciones. Llevó una presentación para hablar de su maestro, Severo Ochoa, y explicar la ADN polimerasa del fago Φ29 (fi29), destacando los beneficios económicos que suponían para España la patente de esa investigación. ¿Qué sintió ese alumnado de la ESO o los bachilleres ante una presentación de la Ciencia con mayúsculas?
Algo de aquella jornada quedó en los muros del Arturo Soria y en muchas biografías permanece prendida esta visita. ¿Quién sabe qué vocaciones surgieron? Durante años, la entrada de este instituto conservaba un mural protagonizado por Margarita, obra del alumnado y de la artista local María José Perrón.
La científica pudo conocer la nueva biblioteca del centro, aún con pocos libros pues acababa de ser renovada. Además de un ramo de flores, el AMPA del Arturo Soria regaló a Margarita una serigrafía numerada de Genovés.
Hoy Margarita Salas ha fallecido a los 80 años. No vivía en Hortaleza pero con aquel solo día se hizo nuestra.
¡Descanse en paz! Gracias, Margarita.
