Tras finalizar la compraventa en enero de 799 viviendas de Parque de Santa María (más de la mitad con inquilino incluido) entre las inmobiliarias de la familia Miarnau Montserrat y Ponca Investments 2015 y Picton Investments, propiedad de Valentín Bascuñana, empiezan las primeras visitas de los nuevos compradores.

Desde abril, las calles del barrio han estado recibiendo decenas de visitas con motivo de las Jornadas de Puertas Abiertas que, previa cita, han realizado las inmobiliarias con las que trabaja Medasil Desarrollos (empresa gestora de las viviendas y propiedad de Valentín Bascuñana) para todas las personas interesadas en comprar un piso en el distrito.

Carpeta en mano, único signo identificativo de los agentes comerciales, han estado guiando a pequeños grupos de potenciales compradores haciéndoles un tour por los cientos de pisos vacíos que tienen en los bloques de la zona. “Los agentes comerciales son unos maleducados —nos cuenta una vecina—. Te los encuentras en el portal o en la escalera y ni siquiera te saludan”.

Oportunidad o estafa

Las casas están vendiéndose tal cual están, así que han arreglado una para enseñarla como piso piloto y mostrar a los posibles compradores lo bonita que puede quedar su casa después de la reforma. La técnica utilizada intenta incitar a la compra vendiendo esta oportunidad como un chollo: adquirir un piso antiguo a precio de saldo e invertir dinero en la reforma para dejarlo a su gusto.

Lo que no saben los nuevos compradores es la cantidad de defectos estructurales que tienen los edificios a causa de la mala construcción y de la falta de mantenimiento, como nos han contado aquellos antiguos arrendatarios que sí decidieron comprar sus casas: “Desde que compré el piso hace seis meses, llevo más de 4.000 euros en derramas. No sé cómo han podido pasar la inspección técnica”.

Además, las inmobiliarias que trabajan con Medasil Desarrollos ofrecen encargarse de sacar el certificado de eficiencia energética que se exige a los edificios; pues bien, la etiqueta energética obtenida por estos alcanza, en su mayoría, la letra E: que deja patente que el inmueble cuenta con muy poca eficiencia energética. Parece que, más que una ganga, estas ventas son un camelo.

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