El pasado sábado 17 de Octubre en el barrio de Hortaleza se le ganó el partido al racismo. El colectivo juvenil Hortaleza Rebelde organizó, enmarcado dentro de las celebraciones de su segundo aniversario, el primer torneo antirracista del distrito. Según dijeron en la entrevista que realizaron en Radio Enlace días antes de celebrar dicho torneo, llevaban queriendo sacar este proyecto adelante prácticamente desde la fundación de su colectivo.
Desde las diez de la mañana ya se congregaba gente en las canchas de la calle Luis Buitrago, del barrio de San Miguel, preparados para lo que tenía pinta de ser una jornada de compañerismo y lucha.
Más de 200 personas disputaron dicho torneo con ganas de alzarse con las copas de campeones de las dos categorías que se jugaba (fútbol y baloncesto). Después de poner en común con los equipos las normas del torneo, dieron comienzos los partidos.
Cualquiera que pasaba por la zona se quedaba mirando atónito de la gente que allí estaba, no solo por el número de asistentes, sino por la razón por la que allí estaban: unirse para combatir el racismo.
Y no solo hubo hueco para el deporte popular (exento del negocio en el que el deporte se ha convertido), también hubo hueco para concienciar a la gente. Entre los campos que se disputaba el torneo se situaban distintas mesas de información, como la del colectivo Hortaleza Rebelde, la del grupo de apoyo a Rosa o la de Solidarios en Apuros, pancartas en apoyo al joven antifascista encarcelado, Alfon, o pancartas en favor de los refugiados, entre otras.
Alrededor de las tres de la tarde, cuando ya se habían alzado los campeones de baloncesto, se hizo una paella popular que aguantó apenas unos minutos. Mientras los que habían jugado al baloncesto disfrutaban de la tarde, en el campo de futbol se seguía disputando la fase eliminatoria de futbol (por el que ya habían pasado más de 25 equipos), cuya final se acabó decidiendo a penaltis.
Desde el colectivo juvenil Hortaleza Rebelde aseguran que este torneo ha sido el comienzo de un proyecto que esperan que duren muchos años. Y es que el sábado el barrio de Hortaleza le marcó un gran gol al racismo.