El cielo de París oscila y hasta gira. Ignacio Plaza Ponce mira a cada lado. ¿Estará cruzando? Algunas fachada y esquinas se asoman para saludar. Es una entrevista, pero la vivo con la emoción de un viaje, el de un paisano que me conduce a pie por las calles de París atravesando por Belleville hasta Saint-Michel.

Su voz, la de Ignacio, fluye con el tictac de sus piernas y el soplo incansable de sus pulmones. ¿Qué no hará con el piano?

PREGUNTA: ¿Hortalino de Manoteras?

RESPUESTA: Yo soy de la calle Vélez Rubio de Manoteras, que en aquella época era la última casa del barrio. Desde mi ventana se veía el campo, la vía del tren…

¿Nada más?

Estaba el campo del Spartac. Después empezaron a construir lo que llaman Sanchinarro

¿Y la escuela infantil?

Mi hermano fue el primer inscrito de la guardería, el primero. Con una profesora increíble que se llamaba, creo, Gloria.

¿Tú también?

También estuve en la guardería de Vélez Rubio con los leones, las cebras… (risas)

¿Después al Méndez?

No, al Virgen de Loreto y después al IBAS.

¿Jugaste en el Spartac?

Estuve de número 7, después me pasaron al 10 en una época gloriosa donde metí cuatro penaltis.

¿Y después?

Después se acabó todo porque empecé a tener una enfermedad de los huesos, se llama espondilitis, que me dejó un poquito fuera del deporte y empecé a dedicarme a lo de la música.

"Una enfermedad de los huesos, espondilitis, me dejó fuera del deporte y empecé a dedicarme a lo de la música"

¿Por tradición familiar?

Mis padres, que no son músicos ninguno de los dos, sabían que me gustaba. Durante unos años, intentaron incluirme en el conservatorio que había cerca, pero no nos daban los puntos porque éramos de Manoteras y no teníamos los puntos de cercanía.

¿Cómo te formaste?

Mi madre decidió hacer el esfuerzo de inscribirme en la escuela de música Andana, que era una escuela privada que estaba ahí en el Bronx. Y estuve ahí el primer año con un esfuerzo de mi familia, que no era para nada una familia con dinero, al contrario.

Y rápido me dieron una beca, aunque entré bastante mayor porque yo tenía 14 años y estaba ahí con los niños que tenían 7 u 8 años.

¿Un poco tarde?

Todo me ha llegado muy tarde (risas), la paternidad de los 45 años. Estoy muy contento de ser un viejo papá. Tengo uno de 3 años y otro de 8 meses.

¿Cómo fue lo de Andana?

La directora, que es mi madre musical, Inmaculada Fernández, me dio como una especie de beca. Gracias a esta beca de esta escuela privada, que daban cada año a uno o dos alumnos, yo pude seguir ahí hasta que me fui examinando en los conservatorios pertinentes y finalicé mi primera formación en música clásica.

¿Solo música clásica?

Gracias a un profesor de esta escuela, que era más jazzero y más de composición contemporánea… y me dejé llevar por esas sonoridades.

¿Por eso fuiste a Francia?

Fui a Francia a buscar esas músicas híbridas, que, en aquella época, te hablo del 2000, estaban más desarrolladas aquí (París), y había la posibilidad de seguir estudiando en los conservatorios esas músicas híbridas que es un poco lo que hago hoy en día.

¿Viniste con beca?

Hasta los 30 años, estuve trabajando para pagarme estudios y pensando qué hacía con ese bagaje cultural, musical y artístico. Era modelo de desnudo de las escuelas de Bellas Artes aquí en París. Me pagaba mi vida con todo eso y con el tiempo iba buscando artística y estéticamente lo que quería hacer.

"Hasta los 30 años, era modelo de desnudo de las escuelas de Bellas Artes aquí en París"

¿Sabías francés?

Había hecho un año de Filología Francesa en la Autónoma, pero todavía no la hablaba. Yo era francófilo, pero cuando llegué no lo hablaba. Fueron unos meses, primero en Poitiers en un conservatorio con… Bueno, me fui también por amor con una chica de Poitiers.

¿Solo por amor?

Y por la segunda vuelta de Aznar que no me quería comer (risas).

¿Qué haces hoy en día?

Fui encontrando lo que hago hoy en día y de lo que vivo, que sigue siendo un perfil de músico bastante híbrido.

¿Por ejemplo?

Estas cosas que te cuento de la música de teatro, de la música de espectáculos con gente de la performance, con gente de las artes plásticas en el escenario…

¿Todo en directo?

También dos discos. Este proyecto Sobre Sordos, que es políglota, multicultural con creación de vídeo, y ahora Arrullos, que es el disco que voy a sacar en unos meses.

¿Y el cine-concierto?

¡Por suerte! Me llamaron de la Cinemateca ahora hace quince años para hacer un acompañamiento de los que aquí llaman cine-conciertos, que es cine mudo.

¿Cómo es?

En la Cinemateca, restauran películas de cine mudo y las proyectan en sesiones en las que yo preparaba e improvisaba la música. Me dieron la posibilidad de hacer mi propia música solo, en dúos, en cuarteto…; más escrito o más improvisación, dependiendo del tiempo que teníamos cada vez. Cada dos meses se hacían programas más y menos conocidos.

¿Solo en la Cinemateca?

Hice una gira con el Instituto Cervantes en Asia en festivales de silent movies. Estuve con una película española en el Festival Internacional de Cine Mudo de Manila, en Tokio, en Delhi y también en otros festivales nacionales o internacionales alrededor de lo que es el cine-concierto.

Para mí es como un laboratorio de músicas porque escribo para ello e improviso, luego salen proyectos más escritos, más discográficos como los dos Sobre Sordos y Arrullos.

"En la Cinemateca, restauran películas de cine mudo y las proyectan en sesiones en las que yo preparaba e improvisaba la música"

¿Discográficos y visuales?

Sí, de hecho, en el grupo de tres con el que trabajamos Sobre Sordos con Damien Serban, que es el cineasta, no tiene que ver con el cine mudo. Son creaciones contemporáneas, más abstracto, tiene unas texturas más plásticas como pueden ser la pintura, el dibujo o el monotipo, pero también es muy digital. También trabaja con técnicas contemporáneas intentando darle la vuelta a esta historia de las inteligencias artificiales para que sean más humanas.

¿Y el tercero?

Giustino de Michele, que es un italiano, doctor en Filosofía en París. Hizo el doctorado mientras hacíamos el disco. Trabajó mucho alrededor de Derrida y es cantante conmigo de este grupo, los dos hemos escrito los textos. La historia un poco políglota del italiano, del español, el francés y el inglés, que son un poco nuestras lenguas.

¿Filosofía?

Nuestras canciones no son un tratado de filosofía posderridiana.

¿Quién te ha influido más?

Lo que te estoy contando y otras muchas cosas vienen de mi madre. Sí, sí… Lo siento así hoy en día.

¿Y eso?

Sí, estuvo superimplicada en todo. Mi madre llegó a Manoteras como madre soltera con un hijo de 1 o 2 años hasta que llegó mi padre.

En aquella época podría resultar bastante duro; pero ella lo asumió muy bien hasta el punto de que no solo se hizo un sitio como madre soltera, cuando al principio la llamaban de puta para arriba, y obviamente todo esto en aquella época no lo aceptaban; pero ella se hizo un sitio, incluso enseñando a leer y a escribir a gente del barrio y asumiendo su feminismo en aquella época. Te hablo de los años setenta.

¿Orgulloso de lo logrado?

Hoy en día me siento bastante orgulloso, contento e identificado con lo que hago después de todos estos años. Es como si llegara a dejar algo de lo que me siento bastante orgulloso, de verdad. Por eso me llama eso de las raíces. ¿De dónde viene esto? Pues viene de ser quien soy, un chico de Manoteras.

Ignacio Plaza

Ignacio Plaza, pianista de músicas híbridas. BEN TORRES

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