Que nuestra ciudad padece insufribles problemas de movilidad no es noticia. Lo es que una de las Administraciones competentes, responsable del transporte público más rápido, el Cercanías, anuncie que pretende ayudar a solucionarlo. Hablamos del Ministerio de Fomento, ya que el 30 de mayo, casi en campaña electoral, su titular en funciones, Ana Pastor, anunció la construcción de tres estaciones de Cercanías en la capital (aunque sin concretar plazos ni fechas).

Dos de ellas, Campo de las Naciones y O’Donnell (Canillejas), junto a la M-40, parece que solo podrán construirse si comienza a realizarse una suerte de anillo ferroviario sensiblemente paralelo a la M-40. Este daría servicio a miles de personas que trabajan y viven en sus inmediaciones —lo que evitaría que usasen sus vehículos y aumentasen la congestión y la polución— con un transporte rápido y eficaz que pueda animarles a utilizar la única movilidad sostenible y razonable: el transporte público.

SOLUCIÓN INTEGRAL

Pero construir dos o tres estaciones es insuficiente, ya que la movilidad es un problema complejo que requiere una solución coordinada y atractiva para los usuarios. Por ello, el Ministerio de Fomento, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la ciudad han de trabajar juntos para crear un plan integral de movilidad.

Las estaciones han de ser accesibles, con aparcamientos de competencia municipal capaces de absorber toda la demanda, y la red ha de ampliarse con anillos que eviten desplazamientos innecesarios y lleguen a todos los usuarios, como hacen las autovías de circunvalación.

Hay que rentabilizar la inversión haciendo accesible esta nueva red económica y funcionalmente. El billete único por trayecto, independiente de los medios utilizados (metro, autobuses o cercanías), se utiliza en capitales europeas con excelentes resultados. Hay que dotar de intercambiadores a las estaciones y adaptar los autobuses a las nuevas demandas, más locales, por barrios y menos centralizadas, como son en la actualidad, pues todos los barrios tienen un autobús a la Puerta del Sol, pero no al barrio de al lado.

Las asociaciones vecinales de Hortaleza y la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid piden un billete único económico y, desde 1998, demandan esta ampliación del Cercanías, barata —al estar en superficie en su totalidad y sobre terrenos propiedad de Adif— y eficaz, como ha demostrado la apertura en nuestro distrito de la estación de Fuente de la Mora, que utilizan miles de madrileños.

TRES ESTACIONES, NO UNA

La propuesta, aprobada en el 2007 en el Pleno de Hortaleza, incluye tres estaciones entre Fuente de la Mora y Canillejas (O’Donnell), no solo una como proyecta ahora Fomento. De esas tres, una estaría en la antigua estación de Hortaleza, donde existe una reserva de 40.832 metros cuadrados para intercambiadores y una cochera de la EMT; otra, junto a la calle Tomás Redondo, entre Las Cárcavas, el IFEMA y la zona norte del parque empresarial Ribera del Loira, y una tercera, en el Campo de las Naciones, junto al parque Juan Carlos I, que daría servicio a los barrios de Los Llanos, Piovera, el IFEMA y la zona sur del parque empresarial Ribera del Loira.

Quizá invertir 225 millones de euros en desdoblar la A-1 trayendo miles de coches más a los ya congestionados barrios del norte de Madrid y la M-40, como pretende la Comunidad, o 300 millones en dotar de wifi al AVE, como planea Fomento, no sea la mejor solución y sí recuperar la vieja línea ferroviaria Madrid-Burgos con Cercanías, por muy bajo coste al estar ya construida, uniéndola a este tramo norte-nordeste del anillo, que, en el futuro, debería rodear Madrid por completo.

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