El verano acababa de instalarse oficialmente, aunque las altas temperaturas llevaban semanas agobiando al vecindario de Hortaleza y haciendo que salir a la calle antes de anochecer fuese un deporte de riesgo. No obstante, aquella tarde de finales de junio, los alrededores del teatro oval del parque Clara Eugenia –sede de la Fundación de la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid– bullían de actividad, sin importar el calor que pegaba la ropa al cuerpo.

Más de un centenar de personas se reunían en la sala sinfónica del teatro a la espera de conocer Filanda, la primera fundación comunitaria de Madrid. Algo sorprendente, sin duda, el hecho de que no hubiese ninguna entidad de este tipo en la ciudad más poblada del país –por no decir en la capital del reino–, pero nada raro que esta iniciativa tenga su origen en Hortaleza, para quienes conocemos el incansable trabajo de numerosas vecinas y vecinos por mejorar la vida en el distrito.

“Una inyección de energía positiva que nos dio esperanza de que se pueden hacer las cosas de forma diferente”

“Queremos ser una herramienta al servicio de Hortaleza, de su gente, de sus proyectos y de sus sueños compartidos”. En una sociedad tan polarizada como en la que vivimos actualmente, donde la crispación es constante tanto a nivel nacional como internacional, que surja este tipo de iniciativas que buscan fomentar la cooperación social para mejorar el mundo desde el ámbito local, desde nuestras calles, y ponerse al servicio de la gente de forma altruista con el único objetivo del bienestar social es algo refrescante y novedoso. Una inyección de energía positiva que nos hizo olvidar las vicisitudes del día a día y que nos dio esperanza de que se pueden hacer las cosas de forma diferente.

“Queremos consolidar una cultura de filantropía cercana y transparente, que refuerce la autonomía del tejido social y fomente la cooperación a largo plazo”. Filantropía, “amor al género humano y a todo lo que a la humanidad respecta” –todo ello expresado de forma desinteresada–; cercana, es decir, próxima, local, y transparente, “que proporciona información sobre su forma de actuar”, por tanto, es conocida por las personas implicadas y afectadas. Creemos que no hay mejor forma de expresar la visión de una iniciativa que pretende fomentar un tejido social fuerte, independiente y duradero que trabaje por el bienestar de la comunidad en la que se vive y, por tanto, redunde en las personas con las que se convive, sus vecinas y vecinos.

“Es precioso que todas las personas que forman parte de una comunidad expresen libremente sus ideas y necesidades”

“Tejer comunidad desde lo cotidiano”, “cuidar lo común con mirada sostenible”, “activar la creatividad colectiva” y “movilizar recursos para el bien común”. Se puede decir más alto, pero no más claro. Para sobrevivir como sociedad, es imprescindible poner el foco en el bienestar común y en la sostenibilidad, lo que trae aparejada indisolublemente la noción de eficiencia, “capacidad de lograr los resultados deseados con el mínimo posible de recursos”. Por lo tanto, es fundamental tener en cuenta los conocimientos disponibles y escuchar las ideas del mayor número de personas, la creatividad colectiva.

“Creemos firmemente en lo diverso como fuerza creadora y en lo local como nuestra raíz y razón de ser”. Estas ideas son, sin duda, dos de las bases de la convivencia y del éxito como sociedad. Es precioso que todas las personas que forman parte de una comunidad expresen libremente sus ideas y necesidades para que entre todas se pueda mejorar la vida de quienes la conforman, y qué mejor que hacerlo desde la base, lo local, para extrapolarlo a ámbitos superiores.

“No hemos venido a liderar nada, sino a acompañar lo que ya existe”. Finalmente, esta fue la frase que puso un broche redondo al acto. Ojalá aprendieran de ella algunos de quienes gobiernan desde las Administraciones, que parecen más interesados en el rédito personal o de partido que en conservar lo bueno que ya existe.

(Visited 139 times, 1 visits today)