Hay historias que merecen ser contadas. Sin embargo, son miles los motivos que acaban metiéndolas en un cajón que muy pocos privilegiados pueden abrir. Este es el caso de Carmen Jiménez Vargas, una artista adelantada a su tiempo que, tal como la describe Daniel Janoher de Vargas, su nieto, es “arte y gitanería pura”.
LA GITANA DE SANTA MARÍA
Carmen Jiménez Vargas nació en el año 1940 en el madrileño barrio de Tetuán, pero ha sido en Hortaleza, y concretamente en el barrio de Parque de Santa María, donde ha pasado la mayor parte de su vida, pues con 30 años se mudó aquí con su marido.
A pesar de la corta distancia que separa este barrio de la UVA, Carmen era la única gitana que vivía en Parque de Santa María, en un momento en el que la diferencia social y de clases entre estas dos zonas era enorme, y de ahí que todo el mundo la conozca por doña Carmen y, cariñosamente, la gitana de Santa María.
Pero la fama de Carmen no se debe a esta curiosidad, sino a su carrera profesional en diferentes ramas del arte: bailaora, modelo de pintores y escultores, recitadora y poetisa flamenca. Su trabajo fue reconocido por toda España, “e incluso le salieron contratos de trabajo en el extranjero, pero nunca los pudo aceptar por su miedo a volar”, confiesa su nieto.
RECORDANDO LA HISTORIA
Daniel ha sentido una profunda admiración por su abuela desde que era pequeño y, hace un año, quiso regalarle un trocito de la visibilidad que nunca logró tener, por lo que comenzó a escribir Claveles rojos, Carmen, un libro sobre su vida que se enmarca en el proyecto Claveles Rojos, con el que pretende buscar y recuperar la memoria histórica de figuras gitanas a través del arte y la escritura.
Con el proyecto Claveles Rojos, Daniel busca reconocer el trabajo de su abuela y dar visibilidad a una de las tantas historias gitanas que merece ser contada
Además, Daniel es activista por los derechos del pueblo gitano y las minorías étnicas, gestiona las redes sociales de la plataforma Khetane y en su programa Rromani Pativ, es miembro de Ververipen-Rroms por la diversidad y de la Red Antidiscriminatoria Gitana y articulista en diferentes medios. Con el proyecto Claveles Rojos, no solo busca rescatar, reconocer y valorar el trabajo de su abuela, sino dar visibilidad a una de las tantas historias gitanas que merece ser contada.
FAMILIA DE ARTISTAS
“Mi abuela desciende de una familia de artistas”, nos cuenta Daniel. Su padre, Pedro Jiménez el Pili, era un afamado cantaor flamenco, que incluso hoy se puede escuchar en plataformas de música digitales.
Fue precisamente de su mano como Carmen se subió a los tablaos por primera vez cuando tenía 16 años, y de ahí a actuaciones en escenarios conocidos como Torres Bermejas, Villa Rosa, el Corral de la Morería o Arcos de Cuchilleros, entre otros.
Para Carmen, trabajar con su padre fue lo que más puertas le abrió profesionalmente y lo que más la empujó a hacer lo que la apasionaba, en un momento en el que una mujer apenas tenía derecho a trabajar ni a decidir lo que quería hacer.
MUJER ADELANTADA
En la poesía, es uno de los campos en los que Carmen más ha destacado a lo largo de su trayectoria. “Cuando era muy jovencita, su padre le dio un poema de Lorca y le pidió que lo recitara. En cuanto la escuchó, se dio cuenta de todo el potencial que tenía”, confiesa su nieto.
Carmen también destacó por escribir sus propias poesías, con las que rompió muchos tabúes de la época, tratando temas como la vida de las mujeres gitanas o el aborto
Carmen recitaba, sobre todo, poesías de los autores de la generación del 27, como Lorca o Rafael de León, pero, además, destacó por escribir sus propias poesías, con las que rompió muchos tabúes de la época, tratando temas sociales como la vida de las mujeres gitanas o el aborto.
APOYO A LA OBRA
Para poder publicar Claveles rojos, Carmen, Daniel se puso en contacto con la editorial Libros.com, que aceptó la propuesta enseguida. Para financiarlo, lanzaron una campaña de crowdfunding que, gracias a 49 mecenas, ha alcanzado el presupuesto necesario para que pueda salir a la luz a principios del próximo año.
Además, el viernes 21 de junio, en la sala Zenith, se celebrará un concierto de flamenco benéfico cuya recaudación irá destinada a apoyar este proyecto.