Soy maestra en el colegio público Esperanza, maestra de vocación de esas que en agosto está deseando que llegue septiembre para volver a empezar.

Viajar siempre había sido un sueño para mí, pero esta vez se trataba de un viaje diferente con grandes expectativas y una mochila llena de ilusión. Me animé, fue algo que siempre quise hacer y así contacté con una pequeña ONG con un gran corazón, Agua ONG.

Hace apenas unos meses que llegue casa y solo puedo decir que ha sido la aventura más maravillosa del mundo. Desde el momento en que llegué a Molo, en Kenia, Mercedes y Pedro me hicieron sentir como en casa.

Pensando un poco egoístamente estos meses me han cambiado la perspectiva y la forma de ver las cosas, he recordado qué es lo importante, que a pesar de las circunstancias siempre se puede ser feliz y que contra todo pronóstico si uno le pone ganas, fuerza y valor se pueden hacer las cosas de una manera diferente. Porque en esa escuela todo es diferente, los niños tienen su espacio para ser, se acepta la diversidad con los brazos abiertos, buscan que los alumnos sean autónomos e independientes y que encuentren su lugar en el mundo.

En septiembre nueve niños fallecieron por el derrumbe de un techo de una escuela, y el Gobierno keniata ha iniciado una campaña para cerrar los colegios en mal estado

En septiembre fallecieron nueve niños debido al derrumbe de un techo en mal estado de una humilde escuela de Kenia. A raíz de este desgraciado episodio, el Gobierno keniata ha iniciado una campaña exprés cerrando todos aquellos colegios que no cumplen los requisitos mínimos, de acuerdo a sus criterios, para poder impartir clases en un entorno adecuado y seguro. Y han considerado que la escuela donde yo estuve, Shakinah, está entre ellos.

Es verdad que esta escuela de Shakinah se encuentra en un estado realmente precario. Desde Agua ONG, mes a mes se trabaja, como primer objetivo, para poder cubrir todos sus costes (profesorado, comida, transporte o higiene) porque apenas un 20% de los 220 niños pueden pagar sus matrículas, mientras en paralelo, muy poco a poco, en la medida de su pequeño tamaño y posibilidades, van realizando mejoras como el vallado exterior, el alumbrado o las letrinas.

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Un aula de la escuela Shakinah de la localidad keniata de Molo.

La reforma debe estar lista para primeros de enero de 2020, con el inicio del nuevo curso. De lo contrario, la escuela no abrirá sus puertas. Os podéis imaginar que la escuela se encuentra en una carrera contrarreloj.

Desde estas líneas, apelo a vuestra solidaridad para intentar sacar adelante esta delicada situación, dado que la escuela no solo ofrece una oportunidad a sus 220 niños a través de su educación, sino que en muchos casos, también es su oportunidad diaria para poder acceder a un plato de comida, y una ropa en condiciones. Dicho de otra forma, Shakinah implica que pueden vivir con mayúsculas.

Por todo ello, Agua ONG ha abierto una campaña de recaudación de fondos, con el fin de intentar conseguir los recursos económicos que nos permitan salvar esta situación. Yo confío en ello, y ya todos estamos trabajando a tope para conseguirlo.

Os agradezco de corazón vuestra ayuda y apoyo. No puedo olvidarme de esos niños que pelean cada día por crecer, comer y aprender y agradecer a cada una de las personas que se ha cruzado en este gran camino con un corazón tan grande como el de Agua ONG.

 

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