Tras reencontrarse con ellos mismos en la calle que los vio crecer, el trío de rock de Hortaleza ha lanzado su sexto álbum, Bravo, con el que aseguran su esencia y sienten la calma de seguir siendo esos amigos que disfrutan tocando juntos. “Ha sido un disco que nos ha reafirmado, nos ha quitado muchas dudas y nos ha hecho aceptarnos tal y como la banda que somos”, declara José, guitarra de Sexy Zebras.

Canciones como “Mañana no existe”, “Días de mierda” o “Marisol” (esta tercera es “culpable” de que, en el público, además de cebras, abunden las pelucas rosas) perpetúan ese lado cañero tan característico que hace brotar el sudor en sus conciertos. Por otro lado, “C’est la vie”, “El Silencio” y “333” (cantada íntegramente por José) marcan ese respiro y pausa para conectar con los momentos más sensibles.

FLORITO, EL GRAN PROTAGONISTA

Tras desechar la idea inicial que tenían para la portada, pintar un toro de Osborne de cebra, dieron con Florito, un buey descarriado que los cautivó y encarna esta oda a la imperfección. “La imperfección no quiere decir mal, quiere decir hacer las cosas, intentarlas”, expresa Jesús (batería). “No sabemos cuáles son los siguientes pasos, pero vamos a permitirnos errar y seguir jugando”, indica José.

Sus enérgicos directos son una gran celebración entre amigos: Sexy Zebras marca el ritmo, pero el público es el protagonista. Un fenómeno en el que se entra en un “código de complicidad” que los tres han sabido leer, entregando con “Pogo” exactamente lo que la multitud pedía. Una muestra más de lo “espontáneo, sencillo y fresco” que es este disco y que, como afirma Gabi (cantante y bajo), “ha conseguido absorberse rápidamente en el cerebro y en el corazón de la gente”.

Sexy Zebras

Portada de ‘Bravo’, nuevo disco de Sexy Zebras.

SEXY ZEBRAS, CONSCIENTES DE SUS RAÍCES

Definen Bravo como un pueblo al que se llega después de cruzar Calle Liberación, nombrado así en honor a la calle que los vio crecer, donde puedes recordar el pasado, pero también mirar hacia el futuro. Por mucho que los años pasen y el público aumente, siguen teniendo muy presente el barrio y todo aquello que los ha formado como banda. Buena prueba de ello fue la visita del guitarrista al Club del Disco de Hortaleza (que se celebra los jueves en la asociación vecinal La Expansión de San Lorenzo), donde los asistentes tuvieron la oportunidad de conocer de primera mano lo que había detrás de cada canción de su anterior trabajo. Una experiencia que José recuerda como “un encuentro con amigos, con vecinos, y encima en tu barrio. Mola porque siempre lo hemos sentido”, pues siguen manteniendo vivo ese espíritu cercano que los define.

‘EL POGO DEL AÑO’ EN ENERO

Después de tres años consecutivos haciendo varios sold out en la sala La Riviera, el 24 de enero de 2026 los espera por primera vez el Movistar Arena. Un hito que no era un objetivo para el grupo, pero que sienten como parte del camino. “Nuestra idea es hacer un bolo largo, dar a la gente el espacio para que disfrute de otro perfil de un concierto nuestro”, explica Gabi, que comenta entre bromas que ese día le gustaría ir en metro al recinto. “Sentimos que es una celebración del recorrido que hemos hecho nosotros, pero también valorando el propio recorrido del público”, subraya José.

El 24 de enero de 2026 los espera por primera vez el Movistar Arena

Para ellos no hay metas en la música y, tras 20 años de carrera, se sienten muy orgullosos de lo que han hecho, de poder seguir avanzando y haber disfrutado el proceso. “Ahora hay más tranquilidad porque está concordando la idea que uno tiene con lo que está pasando”, comenta el batería. A lo que su hermano José añade: “Es una cuestión de sostener la vocación y sobre todo traspasar las frustraciones” algo de lo que habla este disco, de “tratar de consolidar y aterrizar en la realidad las visiones ideales”. Sobre la pregunta del millón de si habrá un concierto en el barrio, de alguna u otra forma afirman que “se hará”.

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