El pasado viernes 26 de septiembre, el espacio Danos Tiempo volvió a llenarse de literatura y memoria. Ese día nos encontrábamos con nuestro vecino Emilio Silva, un referente indiscutible en la defensa de la memoria democrática, que presentaba su libro Nébeda.
El encuentro, presentado por la asociación cultural y social Las Hortalinas, reunió a vecinas y vecinos de Hortaleza que escucharon con emoción a un autor que lleva más de dos décadas dedicando su trabajo a rescatar las historias silenciadas de muchas víctimas de la guerra civil y la dictadura. Emilio, fundador de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, compartió reflexiones y conversación con su amigo, colega y cómplice en muchas batallas por la memoria James Fernández, catedrático de Literatura y Cultura Española en la Universidad de Nueva York y autor del estudio Emigrantes invisibles. Españoles en Estados Unidos.
Como el propio Emilio explica en el prólogo de su libro, Nébeda es el nombre gallego de una planta pequeña y humilde, tan resistente que es capaz de florecer entre las rocas. “Me gusta esa imagen para hablar de la memoria, porque también ella se abre paso aunque intenten arrancarla”, y en este libro se recogen vivencias personales, recuerdos familiares y reflexiones sobre el país que somos y el que podríamos llegar a ser si nos miramos con honestidad.
Cuando llegó el dialogo, fue, como suele ocurrir en los encuentros entre amigos, una conversación tranquila y serena llena de emoción. Hubo preguntas, agradecimientos y silencios que hablaban por sí solos. Danos Tiempo volvió a ser un lugar donde se sostiene la cultura y la convivencia vecinal: un espacio donde la conversación tiene raíces y las ideas florecen.
Al finalizar, la librería Mar Negro facilitó la firma de ejemplares. Emilio dedicó un tiempo a cada asistente, conversando, firmando libros y agradeciendo la presencia de un público que demostró que la memoria, cuando se comparte, también se cuida.
Una tarde en la que, en Hortaleza, volvió a florecer la palabra, como la nébeda, entre las manos de los que creen que recordar sigue siendo una forma de construir el futuro.
Fotos de Sandra Blanco