La prueba piloto de recogida selectiva de materia orgánica que empezó hace un año en 17 zonas de Madrid con la implantación del cubo marrón para biorresiduos comenzará a ampliarse en octubre a la totalidad de los diez distritos ya implicados, así como a Villa de Vallecas y Vicálvaro.

En Hortaleza, se instauró en los barrios Apóstol Santiago y Pinar del Rey, aunque nuestro distrito es pionero en el reciclaje de estos residuos, pues el colegio público Luis Cernuda lleva años compostando para su huerto en colaboración con sus alumnos y, en el 2016, se puso en funcionamiento el primer área de compostaje comunitario de Madrid en la confluencia de la glorieta Mar de Cristal con la calle Arequipa.

TIPO DE BIORRESIDUOS

Al cubo marrón, debe destinarse toda la materia orgánica apta para generar compost: restos de comida y de poda doméstica, frutos secos, cáscaras de huevo, posos de café e infusiones, papel de cocina y servilletas de papel blancas usadas, tapones de corcho, cerillas, serrín o pelo sin teñir. El resto de residuos de tipo orgánico, pero no compostables, como pañales, compresas, toallitas húmedas, pelo teñido, el contenido del recogedor al barrer, chicles, colillas o excrementos animales, seguirán depositándose en el contenedor naranja.

DSC04659El contenedor marrón se encontrará ubicado junto al naranja (resto de materia orgánica no compostable) y al amarillo (envases) / Foto David Navarro

Según los datos aportados por el Área de Medio Ambiente y Movilidad, en noviembre del 2017, se instalaron 5.618 contenedores marrones en las zonas seleccionadas y se han recogido 8.738 toneladas de restos orgánicos desde entonces. Sin duda, ha contribuido en la obtención de estos resultados la campaña informativa y de sensibilización que, bajo el lema “Acierta con la orgánica”, puso en marcha el Ayuntamiento de Madrid, con visitas a domicilio para explicar cómo separar la materia orgánica y los beneficios de reciclarla.

EXIGENCIA EUROPEA

Con la implantación de la recogida selectiva de materia orgánica, el Ayuntamiento de la capital busca cumplir con el objetivo europeo que marca que, antes del 2020, el 50% de los residuos generados en las ciudades ha de prepararse para su reutilización y reciclado.

Teniendo en cuenta que la materia orgánica supone cerca del 40% del total de residuos diarios generados, así consigue recuperarse una parte que se convierte en abono y otra en biogases, que producen energía gracias a las plantas de biometanización.

Además, tiene importantes beneficios medioambientales, pues se evita la emisión a la atmósfera de gases de efecto invernadero y malos olores, se reduce la cantidad de residuos que llegan al vertedero y se mejora la recogida selectiva del resto de residuos reciclables.

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