Ganar cuatro millones de euros cambia una vida y perderlos la arruina. En una administración como la Junta de Hortaleza también es una suma importante de dinero. Por ejemplo, supone una séptima parte del presupuesto anual de nuestro distrito. Cuatro millones de euros es la cifra destinada este año a la conservación y mantenimiento de todos los colegios públicos del barrio, y con cuatro millones de euros se pueden financiar 40 ediciones de las Fiestas de Hortaleza.

Cuatro millones de euros (o casi, porque la cifra final la debe ajustar la Agencia Tributaria) es también la cantidad que el Ayuntamiento deberá pagar, en concepto de indemnización, a la empresa que explota el Palacio de Hielo, un centro comercial levantado en suelo público gracias a una concesión municipal del propio Ayuntamiento.

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) sentenció el pasado mes de enero que el Ayuntamiento de Madrid tendrá que abonar esa millonaria cifra a la empresa Equipamientos Deportivos y de Ocio (Equidosa) por cobrar el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) a los gestores del Palacio de Hielo. En concreto, la indemnización corresponde a las cuotas del IBI entre 2007 y 2013, a las que hay que sumar intereses.

Además, la sentencia obliga al Ayuntamiento a “deducir o devolver” en el futuro, también con intereses, todas las cuotas del IBI, la tasa de paso de carruajes, el Impuesto de Actividades Económicas o la tasa de basuras que le correspondería pagar a Equidosa por este edificio de 100.000 metros cuadrados. Porque el Palacio de Hielo, desde su inauguración, está exento de pagar cualquier impuesto municipal, recuerda el fallo judicial.

NEGOCIO REDONDO

La privilegiada situación fiscal del mastodóntico centro comercial del barrio de Canillas tiene su origen en la adulteración del proyecto promovido por el Ayuntamiento de Madrid en los años 90 que pretendía construir una pista de hielo municipal en Hortaleza. Hace 25 años, siendo alcalde José María Álvarez del Manzano (Partido Popular), el consistorio decidió destinar a los deportes de invierno la enorme parcela ubicada entre la calle Silvano y la avenida de Machupichu.

En principio, el futuro pabellón no iba a tener más de siete metros de altura, pero en los siguientes años la idea inicial adquirió proporciones monstruosas. Sobre todo desde la concesión del proyecto a la empresa Equidosa, propiedad por el productor de cine José Luis Bermúdez de Castro, responsable de la película Los Bingueros de Andrés Pajares y Fernando Esteso, también del salto a la gran pantalla del grupo juvenil Parchís, que fue un éxito de taquilla en los años ochenta.

Bermúdez de Castro, que sigue siendo presidente de Equidosa, planteó entonces importantes modificaciones al proyecto que contaron con el beneplácito del Ayuntamiento de Álvarez del Manzano. Así se levantó, sobre suelo municipal de uso deportivo, un centro comercial al gusto de la empresa, con cuatro plantas de aparcamiento, 16 salas de cine y más de 60 locales en sus 100.000 metros cuadrados construidos. Al final, la pista de hielo que motivó el proyecto ocupa apenas un 1,8% del recinto.

Palacio de Hielo 2El Palacio de Hielo, desde la avenida de Machupichu / Foto Sandra Blanco

VENTAJAS FISCALES

La versión definitiva del Palacio de Hielo fue aprobada por el Ayuntamiento en el año 2002, todavía con Álvarez del Manzano como alcalde, con el único apoyo del Partido Popular, que contaba entonces con mayoría absoluta. La concesión administrativa que entregaba este negocio a Equidosa obsequió al centro comercial con ventajas fiscales como la exención de impuestos y tasas municipales.

Sin embargo, Equidosa construyó un centro comercial más grande de lo permitido, y a eso se agarró el Ayuntamiento, en 2014 y con Ana Botella (PP) al frente, para saltarse las condiciones pactadas con la empresa concesionaria. El Consistorio entendía que Equidosa había incumplido su parte al construir más de la cuenta, y eso dejaba en papel mojado la exención de pagar impuestos.

El Ayuntamiento, asfixiado entonces por la deuda acumulada durante la alcaldía de Alberto Ruiz-Gallardón (PP), reclamó el IBI pendiente desde 2007, y la empresa de Bermúdez de Castro recurrió hasta llegar a los tribunales, que han acabado fallando a su favor. Sin embargo, la sentencia del TSJM señala que el Ayuntamiento nunca debió incluir por contrato la exención del pago de impuestos municipales al Palacio de Hielo.

AGUJERO PARA EL BARRIO

La ejecución de esta sentencia supone un importante agujero económico para la Junta de Hortaleza, que ha descartado recurrirla para evitar que aumente el importe de la indemnización, y tendrá que hacerse cargo del desembolso por ser el “órgano de contratación”, según explicó la concejala del distrito, Yolanda Rodríguez (Ahora Madrid), en el Pleno del pasado mes de febrero tras conocer el fallo judicial.

Según fuentes de la Junta, se ha pedido al Área de Economía y Hacienda del Ayuntamiento que los casi cuatro millones de euros no tengan que salir del presupuesto del distrito. Por su parte, y tras la consulta de Hortaleza Periódico Vecinal, desde Equidosa se limitan a señalar que siguen esperando el dinero.

La sentencia contra el Ayuntamiento es, de momento, el último capítulo del largo periplo del Palacio de Hielo con los tribunales, que comenzó prácticamente desde el momento de su inauguración, el 5 de noviembre de 2003. Una apertura que el dueño de Equidosa, Bermúdez de Castro, adornó con declaraciones grandilocuentes, manifestando su aspiración a que el Palacio de Hielo albergara eventos como la entrega de los Premios Goya, incluso pruebas deportivas si Madrid lograba ser sede de los Juegos Olímpicos.

A pesar de ser un proyecto municipal, a la inauguración no acudió ningún representante del Ayuntamiento de Alberto Ruiz-Gallardón. Quizás porque el equipo de Gobierno era consciente de que el Palacio de Hielo abría sus puertas sin contar con las pertinentes licencias de funcionamiento y actividad.

IRREGULARIDADES

Aquella solo fue la primera irregularidad manifiesta de un centro comercial que pronto recibió el apelativo de ‘Palacio de la Chapuza’ entre el vecindario de la zona, que padeció desde el primer día las consecuencias de este despropósito urbanístico. Apenas un mes después de la inauguración, técnicos del Ayuntamiento precintaron seis torres de refrigeración del Palacio de Hielo por el ruido “brutal” que producían para perjuicio del descanso de las familias que residían frente al edificio.

El exceso de edificación de Equidosa también tuvo consecuencias en los propios negocios que albergaba el Palacio de Hielo. En 2005, el Ayuntamiento ordenó el cierre de siete locales del centro comercial que albergaban franquicias como Burger King porque eran ilegales. Tres de las empresas afectadas denunciaron a José Luis Bermúdez de Castro por estafa al haberles alquilado unos locales que no contaban con licencia del Ayuntamiento.

DEMOLICIÓN FRUSTRADA

El vecindario de los alrededores del Palacio de Hielo tampoco tardó en acudir a los tribunales para judicializar las irregularidades del complejo comercial, como la instalación de antenas de telefonía móvil en la cubierta del edificio sin licencia, o la apertura “ilegal” de una discoteca. “Yo levanté el Palacio donde me dijo el Ayuntamiento y como me dijeron que lo hiciera», se defendió Bermúdez de Castro en declaraciones al diario El País ante el asedio de denuncias.

El cúmulo de irregularidades llegó a poner en un aprieto al Palacio de Hielo. En 2009, y tras la insistencia de los vecinos y vecinas afectados, un juzgado madrileño ordenó al Ayuntamiento la demolición del centro comercial porque su construcción había vulnerado varios puntos del Plan General de Ordenación Urbana, al superar el límite de plantas, duplicar la superficie edificable e infringir el régimen de usos del terreno. La piqueta nunca llegó a tocar el edificio porque un año después el TSJM puso punto y final al litigio al revocar la demolición y ratificar la “legalidad” de su construcción.

Los tribunales salvaron el negocio de Equidosa, que firmó con el Ayuntamiento la explotación durante 50 años del centro comercial a cambio de un canon anual de aproximadamente 300.000 euros, pero ahí no terminaron los problemas del propietario de la empresa con la Justicia.

En 2015, la Fiscalía solicitó siete años de cárcel contra José Luis Bermúdez de Castro y su hermano Federico por haber cometido, presuntamente, varios delitos societarios que provocaron el desfalco de 3,7 millones de euros en la empresa Grupo Dreams Cinema, que explotaba los cines del Palacio de Hielo y terminó en concurso de acreedores.

Federico Bermúdez de Castro llegó a ser condenado a dos años y medio de prisión por un delito societario de falsedad, aunque el Tribunal Supremo la anuló después al considerar que no existían datos suficientes para acreditar “que falseó la contabilidad” de la empresa. Una vez más, los responsables del Palacio de Hielo salieron ilesos de los tribunales.

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