Han pasado 40 años y parece como si hubiera sucedido ayer. Corría el año 1976 cuando vine a vivir a Hortaleza al tiempo que me incorporaba a la asociación de vecinos que, aunque ya estaba en marcha desde 1974, su legalización no se produjo hasta entonces.

En aquellos tiempos, la componían los barrios de El Carmen, la UVA, Santa María, Huerta de la Salud, San Miguel, Orisa, Virgen del Henar, los Alpes (en la parte baja de Santa Virgilia) y el pueblo de Hortaleza (a través de su comisión de San Matías) que se incorporó en 1979.

Las actividades asociativas se complementaron con la salida del periódico La Unión de Hortaleza en 1977, con una tirada de 9.000 ejemplares (una barbaridad para la época), que sirvió tanto de información como de reivindicación de los problemas y dificultades que, en nuestro ámbito asociativo, eran múltiples.

PRIMERAS REIVINDICACIONES

Pero la asociación no se limitó a trabajar en sus límites territoriales, sino que, junto con otras asociaciones del distrito, se reunía y colaboraba para encontrar soluciones a problemas que afectaban a todos.

Así se constituyó la Coordinadora de Asociaciones de Vecinos de Hortaleza, que reinvindicó las 5.000 hectáreas de zona rústica con salida al campo para convertirlo en la segunda Casa de Campo de Madrid, la construcción de los polideportivos de Hortaleza y de Villa Rosa (hoy, Luis Aragonés) y de varios institutos, conseguir que la Gran Vía de Hortaleza pasara por debajo del Pinar del Rey, y nuestra participación en la construcción de los recintos feriales, entre otras muchas.

También se instauró la celebración de la Cabalgata de Reyes y el mercadillo y comenzaron a celebrarse fiestas populares en la inmensa mayoría de los barrios. Todo ello, con un carácter festivo, pero sin olvidar su parte reivindicativa.

BARRIOS CON CHABOLAS

Pero volviendo a La Unión de Hortaleza, no quiero dejar pasar la ocasión para valorar su actuación en la mejora de la vida de nuestros barrios más próximos y recordar a algunas de las personas que trabajaron en esos difíciles años y esta sería una pequeña muestra. En El Carmen, cuando empezamos, había 150 chabolas y se consiguieron viviendas para todos ellos en la calle Monóvar. Mi recuerdo para los dos primeros representantes de este barrio, Pedro Polo y Venancio Ordúñez.

En la UVA además de los problemas para conseguir una vivienda digna, en aquellos años, se solventaron otras dificultades como la falta de alcantarillado público y alcantarillado. Sus primeros vocales fueron Jesús Leonés y Julián Cuesta y, a costa de olvidar a muchos, me vienen a la memoria, Manzanero, Lili, Salva…

Huerta de la Salud tuvo muchas dificultades con la finalización de sus infraestructuras, calles sin asfaltar, ratas, terraplenes y no había manera de que fuera recepcionado por el Ayuntamiento. Con el trabajo inicial de Antonio Novoa y la colaboración, entre otros, de Ángel Virseda, Eusebio Barajas o Hermenegildo Pollo, aquellos problemas quedaron totalmente resueltos.

Orisa, San Miguel y Virgen del Henar compartieron problemas graves de infraestructuras, como la falta de alumbrado, asfaltado de calles y aceras y alcantarillado. Desde hace años, están solucionados gracias a la colaboración de compañeros como Anastasio en Orisa, Enrique en Virgen del Henar y Julia Encinar y María y Luisa en San Miguel, entre otros muchos.

Parque de Santa María, probablemente, es el barrio con menos problemas (aunque siempre han tenido el de los alquileres) y donde más tiraron del carro de la asociación, con Nacho Quintana, Juan Rey, Félix Ugarte, Asun, Jacinto, Tato y tantos otros.

No quiero terminar sin comentar con gran satisfacción que, hoy, el movimiento ciudadano sigue vivo y muy activo, después de haber atravesado una etapa de crisis debido a la escasa atención recibida por las instituciones municipales, y que siguen siendo muchas las personas que se implican a diario para seguir reivindicando otros problemas distintos y que solo tendrán solución con trabajo, lucha y participación.

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