Ya no hace falta subir el Himalaya ni llegar a Katmandú ni perderse en el barrio londinense de Camden. Nepal está en Hortaleza, en la calle Pegaso, 13. Y los amantes de esta cocina, rica en salsas picantes hechas de jengibre, ajo, curry o cilantro no deben pasar por alto este restaurante con terraza llamado Everest Tandoori. Es una casa de comidas, sin lujos más allá de las sedas y las figuritas indias que adornan el establecimiento de unos doscientos metros cuadrados en una sola planta.

Everest 2

Foto David Navarro

BUEN SERVICIO

Cada mesa está vestida con manteles de colores y un jarrón con flores, con flores naturales. Ceno sin anunciarme, voy de incógnito, nadie en el restaurante sabe que escribo para el periódico del distrito. Me tratan como a una reina. Krishna, un nepalí simpático y dicharachero, me anima a que, cada semana, pruebe un plato diferente mientras me los va señalando en un menú de ocho hojas, donde la oferta me abruma.

Desde los preparados con lentejas, los danska, perfectos para los inviernos madrileños, pasando por los madrás, que llevan coco, o los vindaloo, con chili. Y para los vegetarianos, claro, la oferta es estupenda, mezclan cualquier verdura con curry y especias.

El restaurante puede acoger a unas 80 personas más o menos. Es amplio, luminoso, nada agobiante, las sillas son cómodas y las rodillas caben, eso es imprescindible. Te sirven rápidamente y con una sonrisa, Krishna siempre sonríe y, a veces, en el trayecto que va de la barra a la mesa, canta.

Hay muchos platos alternativos para acompañantes que sean poco amigos de las salsas indias o para aquellos con estómagos delicados. Es recomendable darse una vuelta después de cenar, no meterse en la cama y esperar a que las especias hagan su trabajo. Eso ya cada uno.

NEPALÍ EN LA COCINA

Me llama la atención lo blando y jugoso que está el pollo en los platos tandoori. Me acerco a la cocina y hablo con Kaji Thapa, Om Bisti, Nar Pun y Om Pun, todos cocineros, todos de Nepal. Solo uno que domina nuestro idioma, al resto, hay que ir traduciéndoles. Me cuentan el secreto del pollo enseguida, no hace falta que los sonsaque, solo les sonrío y ya está, el secreto es mío.

Tomo nota de la fórmula y les pregunto por su vida en Hortaleza. Llevan entre cinco y quince años viviendo en España, todos residen en la calle de enfrente porque, según ellos, así no pierden el tiempo trasladándose de un lugar a otro. Algunos son del este del país y otros de Katmandú. Les gusta Madrid y el barrio. Me sorprende no ver mujeres y se lo digo. Adam, el jefe de cocina, me dice que es un trabajo demasiado duro para una mujer, disiento, pero no discuto.

Antes de irme y después de pagar una factura muy asequible a la calidad de la comida, me hago una foto con todos. Krishna agarra la bandera de Nepal y la planta en medio. Un gran descubrimiento por nosotros y por la guía TripAdvisor, que le otorga una puntuación elevadísima, con más de 340 opiniones y una colección de “excelentes”. En este barrio, comemos muy bien y tenemos de todo.

Everest 3Foto David Navarro

(Visited 2.954 times, 1 visits today)