El plazo marcado a Esther Gabarre por el Juzgado de Primera instancia e instrucción número 6 de Getafe para su ingreso en prisión durante cuatro meses se cumplía este viernes 22 de enero. Sin embargo, la solicitud de firmas por su indulto, iniciada por este periódico vecinal, cambió «el guión» dando esperanza y haciendo posible una nueva comunicación del juzgado.

Hacia el mediodía de este viernes saltó a todos los medios de comunicación el aplazamiento de la decisión del juzgado por diez días. Era necesario estudiar la documentación presentada. No era esto lo que se esperaba en la biblioteca de la Asociación Vecinal Manoteras, lugar en el que se reúne la Oficina de Apoyo Mutuo (OFIAM) y al que habían acudido para esperar la decisión tanto Esther como Ignacio Fernández, miembro de la Asamblea del 15M del Nudo de Manoteras que ha coordinado la relación con los medios, así como otras compañeras y compañeros de esta asamblea.

Sin embargo, la alegría era lógica después de la tensión de una semana frenética de entrevistas, declaraciones y apariciones en la mayor parte de los medios de comunicación (desde Radio Enlace y Hortaleza Periódico Vecinal hasta Telecinco, la Sexta, eldiario.es o El País). «Mis hijas lo han vivido con mucho miedo y nervios porque había posibilidades de entrar», declara Esther.

Trabajo y ayudas

No obstante, Daniel Amelang, el abogado que sustituyó al de oficio y que viene apoyando a la OFIAM, plantea una reflexión necesaria: «el tiempo de espera juega en su contra porque es tiempo en el que puede estar buscando un trabajo pero corriendo el riesgo de perderlo eventualmente en el caso de que tuviera que ingresar para cumplir cuatro meses en prisión».

Como señala este letrado, una persona con trabajo tiene más posibilidades de lograr el indulto. En el caso de Esther, como el de tantas otras personas, «la raíz del problema está en el desempleo, en la situación precaria y en la falta de ayudas. Si se enmendara esa situación con un trabajo o con unas ayudas que le permitan mantener a sus hijas, el problema desaparece. Lo que desde luego no va a solucionarlo va a ser la entrada en prisión. Si acaso, lo va a agravar porque va a agravar la situación de la familia».

Esther afirma con rotundidad que «el trabajo, sea lo que sea, bienvenido sea». Por paradójico que pueda parecer, su sueño era trabajar como dependienta en una tienda de ropa o de calzado; aunque al planteársele ahora esta posibilidad declara que «después de lo visto y que sabe todo el mundo sabe lo que he hecho, no creo que me llamen para trabajar en un comercio y menos de ropa». Esther piensa que la limpieza es la salida que ha tenido otras veces y que también podría ser la de su hija mayor, aunque la de dieciocho años hizo un curso de peluquería y por ahí podría encontrar otra salida y apoyo esta familia.

Un plan B

Pero las gestiones con el Ministerio de Justicia y el juzgado de Getafe no han sido el único trabajo de Daniel Amelang. Aunque se ha priorizado como objetivo el indulto, «se ha preparado un plan B para que, en caso de que se le deniegue, no tenga que cumplir prisión en segundo grado», de modo que la estancia en la cárcel no le suponga a Esther la imposibilidad de salir del centro en todo el día.

Muchos muchos apoyos…

La recogida de firmas en papel solicitando el indulto fue en tiempo récord de viernes a lunes. Hortaleza Rebelde y la Asamblea del Nudo de Manoteras estuvieron en el mercadillo de los domingos con una mesa explicando y encontrando en forma de firma la solidaridad de muchos hortalinos. También fueron numerosas las asociaciones que debatieron el apoyo, muchas de ellas firmaron la solicitud aunque algunas no llegaron al acuerdo. Igualmente los diputados de Podemos de  la Asamblea de Madrid y algunos ediles del Ayuntamiento entregaban la noche del lunes sus firmas.

Esto y la noticia publicada por Ray Sánchez en eldiario,es hicieron que la solicitud de Ignacio Fernández en Change.org se disparara hasta conseguir que se superaran las 150.000 firmas en este portal de peticiones, que plantea ahora como objetivo las 200.000, una realidad que no fue ni soñada por Esther. En su agradecimiento tras anunciar el aplazamiento de la decisión, Ignacio reconoce a las miles de personas que han apoyado y apoyan porque «gracias a tu firma se está haciendo justicia».

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